Los Visigodos, contrariamente a lo que se cree, no fueron invasores ni conquistadores. LLegaron a la península, como aliados de los romanos para luchar contras los Suevos y los Vandalos que si que se habían apoderado de la parte noroeste de Hispania y como los francos les estaban presionando en el reino que se habian creado en Francia acabaron traspasando los pirineos e instalandose aquí aprovechando la debilidad del imperio romano. Los historiadores los cifran en apenas unos 100.000 entre los aproximadamente 3 millones de habitantes de Hispania y además apenas se mezclaron con los hispanos permaneciendo en comunidades más o menos cerradas en las grandes ciudades donde se les acepto con tal de mejorar el desorden y la inseguridad reinante.
Por tanto, si había población en Almonacid, esta siguió siendo la misma y no se vió alterada salvo por las imposiciones que les llegasen desde los centros de poder.
Es bastante probable que el rey de los suevos Requiario, aliado con Basilio el jefe de los bagaudas en su incursión hacia Zaragoza asaltando poblaciones en su camino pasase por aquí.