Durante todo este proceso de recreación histórica, vamos a funcionar con hipótesis y conjeturas ya que las pruebas fehacientes van a ser muy difíciles de encontrar por diversos motivos: el pueblo, por su propia estructura y situación, se ha ido reconstruyendo sobre si mismo tapando y destruyendo los restos anteriores; la destrucción de los archivos en la guerra civil, el desconocimiento arqueológico y otros factores han ido mermando las posibilidades de encontrar datos.
La ladera del monte en la que se ubican actualmente las viviendas de Almonacid sería, en aquellos tiempos, un lugar perfecto para aquellos posibles primeros pobladores con numerosas cuevas para resguardarse, agua abundante y vegetación para alimentarse y cazar. Como hipótesis, de lo mejor para establecerse en muchos kilómetros a la redonda.
Tenemos pruebas de los primeros establecimientos humanos por la zona hace miles de años, como ya hemos comentado, y podemos plantear que, por lógica, buscarían el mejor sitio para asentarse por los alrededores pero carecemos de pruebas como pudiesen ser utensilios en piedra , hueso, cerámica o metal que serán muy difíciles de encontrar. En otros yacimientos se han podido localizar restos en las cuevas que utilizaban como refugio (como en la cueva de los Encantados), pero aquí las cuevas se han seguido utilizando como cuadras, bodegas o graneros por lo que se dificulta mucho la posibilidad de algún hallazgo.
Cabe mencionar también los impresionantes restos del poblado de Los Castellazos, en Mediana de Aragón, catalogados de la edad de hierro que, aunque algo más alejados, también podrían tener su influencia en la población de la zona ya que se ha establecido su perímetro defensivo en base al arma de mayor alcance en aquella época: la honda, y eso hace pensar que había otros asentamientos cercanos de los que defenderse.
Como iremos viendo, en un futuro será necesaria la colaboración de expertos para orientarnos en cuanto a las posibilidades y líneas de investigación. Mientras tanto podemos estar atentos en cualquier excavación o paseo ante cualquier piedra con trazas de haber sido tallada, trozos de cerámica o resto que, por su forma o ubicación, nos llame la atención por si pudiese tener relevancia.
Por otro lado tenemos un patrimonio en fósiles digno de consideración porque muchos recordarán que, no hace mucho tiempo, venían autobuses de estudiantes universitarios que incluso utilizaban explosivos para sacar piezas hasta que se prohibió el expolio.